Pangea Insight XXVI: los viajes temporales de la mente del inversor
La situación de la estrategia de Pangea durante los eventos sucedidos en los últimos meses no ha cambiado con respecto a lo anunciado en la carta mensual publicada en los primeros días de marzo. Sin embargo, la excepcionalidad de lo que está sucediendo sí creo que hace necesario explicar lo que he hecho en los primeros días de marzo.
Cuando enciendes un mechero en una casa repleta de pólvora se produce un incendio de dimensiones considerables. Y lo que ha pasado estos últimos días en los mercados es que nadie esperaba que alguien entrará en esa casa (sistema económico basado en deuda e inyección de dinero artificial de los bancos centrales), pero el que entró en esa casa, y no se esperaba invitado alguno, ha sido COVID-19. Esto es un one-off, cisne negro o como queramos llamarlo, que lógicamente va a tener un impacto económico severo, pero no tengan duda de que pasará. Aun con todo, tengo que decir que es serio, sí, por su fácil transmisión, alta mortalidad entre la población mayor, por el pánico informativo y por el hecho de que no estamos preparados para manejar un evento de esta magnitud de forma coordinada.
Probablemente todo pase. Lo bueno de tener bomberos con mangueras de liquidez es que aplacan los incendios con las medidas que sean necesarias y eso es lo que ahora va a suceder, aunque creo que las medidas de los ‘alquimistas monetarios’ deben ir orientadas a la economía real y no a la financiera, es decir, sí o sí hay que poner medidas que ayuden a la gente de la economía real que puede sufrir pérdidas importantes en su capacidad de consumo.
Cuando COVID-19 sea una normalidad, al igual que lo es la gripe, el mundo seguirá funcionando, pero en mi opinión tendremos los mismos problemas estructurales a largo plazo que llevo explicando en las cartas mensuales -“las tres D” (demografía, deuda y deflación)-, y uno tendrá que gestionar eso y no las emociones que producen los cisnes negros o los invitados no previstos.