El ahorro periódico nos ayuda con la rentabilidad de nuestro plan de pensiones
La rentabilidad que obtenemos cuando invertimos nuestro dinero depende, en parte, de la evolución de los mercados y los activos financieros. Pero el comportamiento del inversor también tiene importancia en el rendimiento en el medio y largo plazo. Así, cuando estamos ahorrando para la jubilación, tenemos que aprovechar que el tiempo juega a nuestro favor y evitar algunos errores.
Tradicionalmente, las aportaciones a planes de pensiones se concentran en el último trimestre del año, y más concretamente en el último mes. Es, por un lado, cuando la mayoría de personas se acuerda de su plan y decide aportar el dinero que le sobra del año para beneficiarse de la deducción en la declaración de la renta y, por otro y teniendo en cuenta este hábito, cuando las entidades financieras hacen las campañas comerciales para captar clientes en este tipo de productos.
Aunque se aprecia cierta desestacionalización en los últimos años, la mitad de las aportaciones se siguen haciendo en el último trimestre (en 2018 fueron el 50,41%, mientras que en 2015 se concentraron en los últimos tres meses el 61,43% de las aportaciones).
Por otro lado, no solo se hacen aportaciones estacionales, sino que la elección del tipo de plan se suele hacer con el paso cambiado, es decir, se hacen más aportaciones a renta variable en los momentos de mercado que resultan más caros, tras una subida, y, en cambio, se tiende a elegir más los planes con activos de menos riesgo tras las caídas, en lugar de aportar cuando los precios están bajos y, por lo tanto, nos permitirían optar a mejores rentabilidades cuando el mercado se recupere.
Este comportamiento del ahorrador tiene un coste en la rentabilidad que consigue en el largo plazo: si tomamos los precios medios de cierre del Ibex 35, esperar a hacer la aportación al último trimestre habría sido casi un 1% más caro en los últimos 10 años.
En este sentido, el plazo durante el cual ahorramos e invertimos para aprovechar la rentabilidad de los mercados financieros es muy relevante. En el siguiente gráfico observamos qué sucede si ahorramos para la jubilación durante diez años, si lo hacemos durante veinte años o durante treinta. Si empezamos a ahorrar antes, conseguiremos más fácilmente nuestro objetivo.
Por ejemplo, para un ahorro anual de 2.400 euros y una rentabilidad del 5%, en 10 años acumularíamos algo más de 30.000 euros, pero en 30, conseguiríamos casi 120.000, con lo que cubriríamos mejor mantener el nivel de vida durante la jubilación.