Satrústegui: “Asesorar es gestionar las emociones de la persona”
Las personas han tenido, en general y a lo largo de la historia, temor por el futuro, dado que es impredecible y teniendo en cuenta que al ser humano le preocupa, sobre todo, su bienestar. La tecnología hace más difícil todavía entender cómo será ese futuro y la crisis ha provocado desconfianza en los sistemas y entidades financieras, dos factores que han contribuido a incrementar estas sensaciones de temor y preocupación que, muchos, focalizan en el dinero. En este contexto, el asesoramiento financiero, bien entendido y de calidad, se hace más necesario que nunca.
Santiago Satrústegui, presidente de Abante, desmontó, en una conferencia celebrada en el auditorio de Madrid, algunos de los mitos en torno al dinero, partiendo de que la economía es una ciencia a que los mercados son eficientes y que el riesgo es manejable o que el ‘ladrillo’ nunca cae.
“La cicatriz que ha dejado la crisis financiera ha sido tremenda y todavía estamos tratando de digerirla”, comentó Satrústegui. “La parte numérica se ha solucionado: el mundo no ha colapsado y, en la parte económica, sigue funcionado. Pero ha cicatriz se extiende al resto de áreas de nuestra sociedad y eso todavía no se ha resuelto”, añadió.
“La incertidumbre actual, que se multiplica por el hecho de que nuestro futuro es mucho más amplio dado que vamos a vivir más años y que tenemos muchísima más información, lo que complica las predicciones. Todo ello hace que el asesoramiento financiero sea más interesante”, dijo Satrústegui durante su presentación a más de 150 personas.
Mitos que vician el conocimiento financiero
Satrústegui explicó que existen una serie de nociones económicas que pueden considerarse mitos –“hay muchísimos”- y que la crisis ha demostrado que no funcionan. Sin embargo, muchas permanecen y dificultan la gestión de las inversiones. El presidente de Abante destacó que es el pensamiento crítico el que permite que el conocimiento humano avance y ese punto crítico es fundamental a la hora de plantearnos la gestión de nuestro patrimonio.
Para empezar la idea de que la economía es una ciencia es un mito, porque si lo fuera los expertos económicos serían científicos con capacidad para predecir lo que va a pasar. Y en economía nadie puede predecir el futuro. En este sentido, Satrústegui considera que hay dos tipos de experto en este campo: “Los que saben que no saben y los que no saben que no saben”.
Otro mito es que los mercados son eficientes y este “debería estar ya bastante desmontado, pero parece que resiste pese a la crisis”. Y no lo son porque, aunque haya que aplicar el conocimiento y la razón cuando nos acercamos a los mercados financieros, el elemento emocional tiene mucho peso en la toma de decisiones del ser humano. Es lo que explica el behavioral finance y “es lo que mueve los mercados todos los días”, dijo Satrústegui.
“Un mito que ha generado problemas importantes en la gestión del dinero es que el riesgo es manejable. De hecho, la crisis de 2008 es un buen ejemplo de una mala gestión del riesgo: habíamos sobreponderado nuestra capacidad para hacerlo”, explicó. “Y cuanto mayor es la sensación de que los controlados, peor, mayor es el riesgo que asumimos”.
Satrústegui habló también de otros mitos, como el problema del endeudamiento de los estados –“aunque el experimento que hemos vivido en los últimos años contradice la teoría, muchos cuestionan la calidad del experimento en lugar de plantearse un cambio en la teoría”-, y habló sobre qué es y cómo funciona el dinero. También se refirió al mito de que los inmuebles nunca caen –“que ha resucitado”- o la idea de que “parece que todos los días vamos a tener una crisis igual o peor que la de 2008”.
Más relacionados con la gestión, el presidente de Abante abordó la cuestión sobre gestión activa y pasiva –“en el fondo, cuando optas por la gestión pasiva ya están tomando decisiones de gestión activa”- o sobre la gestión value –“que tiene en la actualidad cierto componente de absoluto”-.
La importancia de asesorar poniendo a la persona en el centro
“Es muy cómodo creer dos o tres cosas y no moverte de ahí, pero, probablemente, sea muy poco eficaz”, dijo Satrústegui. Y sobre nuestras inversiones y la gestión de nuestro patrimonio, dio una recomendación: “No dar nada por su puesto y tener un conocimiento profundo para poder tomar decisiones, teniendo claro que el futuro es incierto”.
El presidente de Abante hizo hincapié en que es importante distinguir entre gestión y asesoramiento y entender bien ambos conceptos para romper, precisamente, algunos mitos. La gestión es la actividad que tiene que ver con el dinero. La distribución de activos (asset allocation) y la selección de productos forman parte de la gestión, como explicó el presidente de Abante. El asesoramiento es la parte de la relación con el inversor que tiene que ver con la persona y con sus proyectos vitales. “Haces asesoramiento cuando no tocas el producto”, destacó Satrústegui.
“En muchos casos, el problema de los inversores -y su insatisfacción- no es tanto económico como de proyecto vital” y es ahí donde tiene que ayudar el asesor financiero, en la parte emocional de la relación con los mercados. “Asesorar es gestionar las emociones de la persona, el nivel riesgo, es ayudar a esa persona a tener un proyecto adecuado”. Pero este “es un modelo que requiere más esfuerzo y trabajo”, subrayó el presidente de Abante.