¿Cómo funciona el mercado de divisas?
El mercado de divisas, también conocido como forex, es el mercado financiero más grande del mundo y, por tanto, el más liquido. Según la última encuesta trienal del Banco de Pagos Internacionales -publicada en septiembre de 2016 y con datos de abril-, el volumen de negociación en el mercado forex está perdiendo fuelle.
Las cifras de abril de 2016 reflejan que las operaciones de cambio de divisas han caído un 5,5% respecto al informe anterior, hasta una media diaria de 5,1 billones de dólares. La encuesta también pone de manifiesto que las monedas emergentes están ganando relevancia, mientras otras como el euro y el yen están perdiendo peso, aunque, eso sí, continúan siendo la segunda y la tercera divisa con más volumen de negociación, respectivamente. El dólar estadounidense sigue a la cabeza, acaparando el 88% de las transacciones.
Características del mercado forex
Es un mercado global, que abre las 24 horas al día de lunes a viernes y que no opera en ninguna bolsa, es decir, es un mercado extrabursatil y descentralizado. Por ello, cuando queremos hacer operaciones de cambio de divisas, lo que estamos haciendo es operar en el mercado over the counter, más conocido como OTC, en el que además de divisas se negocian otros instrumentos financieros como materias primas, swaps, futuros, bonos, etc., entre dos partes.
Estos mercados se caracterizan por no estar regulados: hay riesgo de contrapartida, ya que no existe cámara de compensación. Otra de sus características es su alto grado de apalancamiento y que las divisas siempre cotizan en pares, por ejemplo, EUR/USD (euro frente al dólar).
¿Qué afecta a la cotización?
Las políticas de los bancos centrales afectan de una forma u otra a la cotización de la moneda de su país. Así, lo que la teoría nos dice es que, por norma general, cuando un banco central decide subir tipos, su moneda se fortalece. En cambio, cuando lleva a cabo políticas de expansión, como el QE (quantitative easing), al inyectar más dinero en la economía, la cotización de la moneda en cuestión cae.
Otro aspecto a tener en cuenta, además de los elementos de carácter político, es el déficit por cuenta corriente, que un país puede corregir depreciando su divisa para favorecer las exportaciones.
El escenario actual: ¿seguirá el rally del euro?
2017 ha sido el año en el que el cambio euro-dólar ha echado por tierra todas las previsiones de los analistas. Apostaban por la paridad y han terminado viendo cómo el euro se ha revalorizado fuertemente frente a la moneda estadounidense durante el ejercicio pasado.
En este sentido, Josep Prats, gestor de Abante European Quality, señaló en una conferencia con inversores que, sin lugar a duda, lo más importante del verano pasado fue la fuerte revalorización que sufrió la divisa comunitaria frente al dólar. Un rally que en el conjunto del año ha superado el 15% y que ha llevado a la divisa europea a despedir 2017 en niveles de 1,20 dólares, en 135 respecto al yen y en 0,89 en su cambio con la libra esterlina.
Esta espiral alcista del euro ha continuado durante este ejercicio. 2018 comenzó con la vista puesta en Alemania y en el ansiado acuerdo para formar gobierno entre los conservadores y los socialdemócratas, que en enero terminó por materializarse. Así, con el escenario político despejado y con la vista puesta en cuándo se activará el calendario para las subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo -la mayoría de los expertos apuntan a finales de 2019-, el euro inició el nuevo año pisando aún más el acelerador y llegando a tocar en marzo los 1,25 dólares, máximos de hace más de tres años.
Sin embargo, los buenos datos de crecimiento y empleo que llegan desde el otro lado del Atlántico y los no tan buenos, algo decepcionantes, que estamos conociendo en el Viejo Continente, están haciendo que el euro pierda fuelle y que el billete verde se revalorice frente a la divisa comunitaria. Así, por ejemplo, tras conocerse a comienzos de mayo que la tasa de paro en Estados Unidos había bajado en abril dos décimas, hasta una tasa del 3,9% -mínimos que no se veían desde diciembre del año 2000-, el dólar subió dejando el cambio en 1,18.
Así, Josep Prats considera que el rango óptimo de cotización entre el euro y el dólar se encuentra entre el 1,15 y el 1,30. Con todo, sostiene que la medida justa para saber cuál es el nivel idóneo, sería el tipo de cambio al cual las grandes compañías europeas obtengan los mismos beneficios que las estadounidenses, es decir, aquel que no les haga ganar más competitividad a unas que a otras.