Mujeres y Financial Life Planning
Son varias las aproximaciones que una persona puede hacer a la hora de invertir su dinero. Elige un producto, busca una rentabilidad de referencia o, simplemente, se deja llevar por el producto de la ‘temporada’.
En Abante llevamos casi 15 años aplicando una metodología de asesoramiento, de tradición anglosajona, que se denomina Financial Life Planning (FLP) y que tiene por objetivo ayudar a nuestros clientes a planificar su futuro con éxito.
El FLP parte de la premisa de que, si antes de decidir dónde y cómo invertir, dedicamos un tiempo a pensar cuáles son nuestros objetivos, ganamos perspectiva y esto se traduce en que tomamos mejores decisiones de inversión –más racionales y menos emocionales-. Entender qué esperamos de nuestro patrimonio para lograr metas personales y no simplemente como un apunte contable.
En los más de 10.000 casos que hemos analizado, hemos aprendido que las mujeres adquieren un papel fundamental en la definición del plan personal y financiero que nuestra familia necesita, como los casos reales que veremos más adelante.
Las mujeres: buenas planificando, pero más conservadoras
Las mujeres somos buenas planificando. Solemos saber cuáles son los objetivos y prioridades de nuestra familia y, también, somos las que tenemos los números en nuestra cabeza: cuánto y en qué gastamos, cuánto cuestan los objetivos, cuál es el mejor momento para afrontarlos, etc. Sin embargo, a pesar de que esto es una realidad, lo curioso es que no somos conscientes de que tenemos esta habilidad y, por ello, de lo importante que es que formemos parte del proceso de inversión.
También es cierto que las mujeres somos más conservadoras: nos gustan los inmuebles, los depósitos y, en general, los productos con una rentabilidad preestablecida y con el menor riesgo posible. Sin embargo, cuando hemos realizado un FLP en el que hemos puesto en perspectiva el grado de cumplimiento de nuestros objetivos en un escenario de inversión prudente frente a un escenario de inversión que busque un 1% o un 2% adicional de rentabilidad, hemos visto como, en el 80% de los casos, hemos cambiado nuestra decisión de inversión inicial –estando dispuestas a asumir algo más de riesgo-.
El FLP nos hace ganar perspectiva, compromiso con nuestras finanzas y conocimiento. Sin embargo, no va a evitar que, por el camino, nos sigamos poniendo nerviosas con los vaivenes del mercado. Por este motivo, es bueno recordar que no estamos solas y que podemos contar con la ayuda de nuestro Consejero Financiero. Este nos aconsejará, nos ayudará a entender situaciones complejas y, también, a regular nuestras emociones.
En definitiva, las mujeres, generalmente, sabemos mucho mejor lo que queremos, pero dudamos mucho más a la hora de implementar los planes y elegir la estrategia de inversión adecuada. La experiencia nos dice que la mejor manera de optimizar nuestras virtudes y minimizar nuestros defectos, es realizar un FLP y saber que somos parte de un equipo.