El tiempo es el aliado de los jóvenes en la planificación financiera
¿Sabes la diferencia entre empezar a ahorrar a los 24 y hacerlo a los 34? ¿Conoces el impacto que esa diferencia va a tener cuando te jubiles? Los jóvenes son cada vez más conscientes de la necesidad de ahorrar, sin embargo, la previsión para la jubilación es escasa y la mayoría ahorra para cubrir gastos en el corto o medio plazo, olvidándose del largo.
Esta falta de acción se explica por varias razones, entre las que destacan la falta de cultura financiera y el hecho de que, hasta ahora, el Estado español cubría esta necesidad. Como pone de manifiesto el informe PISA en Competencia Financiera*: “España obtiene una puntuación media de 484 puntos, por debajo del promedio de la OCDE”. Y: “La proporción de alumnos en el nivel 5 (el más alto) es un escaso 4%, menos de la mitad que la media de la OCDE (10%)”.
¿Cuál es nuestra realidad? Falta cultura del ahorro y aunque estamos empezando a ver un cambio de mentalidad, todavía queda camino por recorrer. Además, es un hecho conocido que a las personas les cuesta la planificación a largo plazo y encontrar la voluntad para lograrlo como se vio en el Test del malvavisco de Walter Mischel. Planificar el ahorro a largo plazo se encuentra con un muro similar al de dejar de fumar y hacer ejercicio: sabemos que nos conviene, pero nos cuesta hacerlo, como explicaba Sherry Pagoto en su artículo The real reason we don´t exercise (la verdadera razón por la que no hacemos ejercicio).
La inversión de la pirámide poblacional y la crisis hacen difícil mantener las pensiones actuales en el futuro, dado que habrá menos cotizantes por pensionistas. Por eso se modificó el sistema en 2011: se retrasará gradualmente el momento de la jubilación y dejan de actualizarse en función del IPC –a grandes rasgos-.
¿Y si empiezo a ahorrar desde ya? La diferencia entre empezar a ahorrar a los 24 y a los 34 es la que hay entre que consigamos nuestros objetivos con menor o mayor esfuerzo.
Veamos un ejemplo: Ana y Miguel tienen 24 años y una capacidad de ahorro de 150 euros al mes. Ana empieza ya a ahorrar e invertir esos 150 euros mensuales durante diez años. En ese tiempo habrá aportado 18.000 euros. Suponiendo que los invierte al 6% (incluyendo la inflación). Tendrá 182.356 euros para su jubilación, como se ve en la tabla. En cambio, Miguel empieza ahorra desde los 34 hasta los 67 años, así que habrá aportado 61.200 euros y acumulado 198.783 euros, lo que implica una ganancia neta de 137.583 euros.
El beneficio de Ana es aún mayor si sigue ahorrando a lo largo de toda la vida laboral. Si aporta de los 24 a los 67, en vez de parar a los 34, acumulará 381.138 euros. Es decir, restando las aportaciones de 79.200 euros, su ganancia neta se dispara hasta los 301.938 euros.
Si desde el inicio de nuestra carrera laboral vamos ahorrando, aunque las aportaciones que hagamos sean pequeñas, el resultado final será positivo. Y, como hemos visto, puede ser sorprendente. De ahí la necesidad de tener esa visión de largo plazo y hacer una correcta planificación de nuestras finanzas. El tiempo es nuestro aliado, como ya hemos explicado en este blog.
*Competencia financiera: conocimiento y comprensión de los conceptos y riegos financieros y la habilidad motivación y confianza para poder aplicarlos en la toma de decisiones efectivas.