Más allá de la fiscalidad: qué debe tener en cuenta el inversor antes de que acabe el año
A menos de un mes para finalizar el año, 2023 parece que se va a despedir siendo un buen año de mercados, tanto para las acciones como para los bonos. De hecho, el espectacular comportamiento que ha tenido el mes de noviembre ha hecho que se empiece a hablar antes del rally de Navidad: ¿durará todo el mes de diciembre?
Marta Campello, socia y gestora de fondos de Abante, recuerda en el último vídeo mensual de visión de mercados que la estadística nos dice que cuando el año viene fuerte, diciembre es también un mes positivo. Pero, a falta de conocer qué pasará realmente en los mercados en esta recta final del año, lo que sí podemos hacer es aprovechar las últimas semanas del año para hacer balance de nuestra situación personal, financiera y patrimonial.
En diciembre solemos pensar mucho en nuestro bolsillo porque recordamos que en unos meses nos tocará presentar la declaración de la renta y se nos acaba el plazo para poder hacer algo que nos ayude a minimizar la factura fiscal con Hacienda. Y cuando el tiempo juega en nuestra contra es cuando solemos tomar decisiones precipitadas y emocionales que, en ocasiones, no son las que en realidad nos convenían. ¿Qué podemos hacer en estos momentos?
La fiscalidad importa, pero nunca es lo prioritario
Antes de tomar una decisión pensando en la fiscalidad, debemos mirar más allá y recordar que nunca deberíamos hacerlo considerando únicamente los impuestos que pagamos o que nos podemos ahorrar. Realizar un buen análisis fiscal es necesario, pero siempre como complemento al plan personal y financiero.
Aunque ahora todavía hay margen para tomar ciertas decisiones y reducir el impacto fiscal el año que viene, siempre debemos pensar en las implicaciones de largo plazo y en cómo nos afectan de forma global teniendo en cuenta el resto de nuestro patrimonio y nuestra situación personal, profesional y familiar.
También debemos pensar en el entorno en el que nos encontramos –tipos de interés en Europa en máximos y con las primeras previsiones de bajadas para marzo o abril, la inflación todavía alta, pero descendiendo, etc.- y ser consciente de cómo nos afecta a la hora de trazar nuestro plan personal y de inversión y de cumplir nuestros objetivos. ¿Ponemos en riesgo alguno de nuestros objetivos? ¿Comprometemos nuestra estrategia de inversión?
Por ejemplo, la escalada que ha vivido este año el euríbor ha llevado a muchas familias a ver cómo subía su cuota de la hipoteca y a plantearse si les interesa más amortizar parte de la deuda para ahorrarse esos intereses. En este sentido, antes de tomar una decisión hay que hacer un análisis de la situación financiera y personal para evaluar qué opción es más adecuada, teniendo en cuenta todas las variables posible como que si la vivienda habitual se compró antes de 2013 existe una ventaja fiscal en el IRPF (la ley permite deducirse cada año un 15% de una cuota máxima de 9.040 euros) que puede que no interese perder. En estos caso también hay que ver si interesara más amortizar o invertir ese dinero. Por lo general, si la rentabilidad que da el dinero invertido es mayor que el coste de financiación no interesaría cancelar parte de la deuda.
Otro aspecto importante a tener en cuenta en la recta final del año tiene que ver con las inversiones y con compensar algunas ganancias con otras pérdidas. En un buen año de mercado como el actual, hay muchas personas que deciden reembolsar sus posiciones para compensar estas plusvalías con las pérdidas que tengan acumuladas de ejercicios anteriores. Como hay un plazo de cuatro años, este 2023 es el último para compensar rendimientos negativos de 2019.
¿Es una buena opción? Nunca es aconsejable vender únicamente mirando aisladamente esa operación y pensando solo en la fiscalidad. Hay que tener en cuenta las normas antiaplicación -que nos impiden volver a comprar los mismos productos con unos límites temporales-, si es el mejor momento para vender y si es el producto que más nos conviene en el caso de que, efectivamente, necesitemos esa liquidez o si hay una alternativa mejor.
Respecto a las inversiones, hay que recordar también que se acaba el plazo para hacer nuestra aportación al plan de pensiones y poder aplicarnos la deducción que nos corresponda el año que viene. Y, en lo relativo al rescate, hay que tener en mente que 2023 es el último año para que los que se hayan jubilado en 2021 pueden rescatar sus aportaciones anteriores a 2007 con una deducción del 40%. Y, en este caso, lo más conveniente es hacer un ejercicio de planificación financiera para ver de qué forma es más conveniente hacer el rescate.
En diciembre podemos tomar muchas decisiones que afecten a nuestras finanzas y a nuestro patrimonio, pero debemos ser conscientes de que no son únicamente decisiones financieras, son decisiones personales que requieren un buen análisis personal, patrimonial y financiero.