Cómo gestionar mi patrimonio ante un evento de liquidez
¿Qué pasa cuando recibimos una herencia o nos toca un premio de la lotería? ¿Y cuándo nos llega un gran bonus en el trabajo con el que, quizás, no contábamos? ¿Y si vendemos la empresa que montamos hace tiempo o la participación que teníamos en un negocio?
Aunque todas estas situaciones son distintas, el denominador común es que en todos los casos recibimos una gran cantidad de dinero que va a hacer que tengamos más patrimonio del habitual y que puede alterar nuestros planes si no sabemos cómo gestionarla. ¿Cuál es la mejor forma de actuar en estos casos? ¿Hay una guía que seguir?
No hay una respuesta única para todos. En función de nuestras circunstancias -personales, familiares, profesionales y financieras- y de qué objetivos tengamos deberemos seguir una estrategia u otra, pero lo que sí que es válido para todos es la necesidad de tomarse un tiempo antes de decidir qué hacer con ese dinero y de recurrir a un asesor financiero que nos acompañe y nos ayude a trazar la estrategia de inversión adecuada.
Aunque tomarse un tiempo puede llegar a parecer una obviedad, la realidad es que las personas tendemos a tomar decisiones impulsivas y poco racionales cuando se trata de dinero, especialmente cuando es una suma extraordinaria con la que no contábamos. “No valoramos igual el dinero que es fruto de nuestro esfuerzo y trabajo que el que nos llega por un premio de lotería o por una herencia. Con las herencias o los premios no tenemos el sentimiento de esfuerzo, sino que más bien lo percibimos como un extra o un regalo que nos ha llegado a la cuenta, lo que nos lleva, en muchos casos, a comportarnos de una forma más emocional”, explica Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento patrimonial de Abante.
Decisiones patrimoniales en función del proyecto biográfico
La forma de relacionarnos con nuestro dinero marca cómo lo gestionamos después. Por ello, para evitar tomar malas decisiones y sacar partido a nuestro patrimonio, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué es lo que quiero conseguir con ese dinero?
Una vez que hemos reflexionado sobre nuestro proyecto biográfico, lo que nos gustaría hacer en el futuro y lo que nos preocupa, podemos hacer un ejercicio de planificación financiera. Pintar en números esos planes que tenemos y hacernos más preguntas como, por ejemplo, si vamos a necesitar el nuevo capital que hemos recibido a corto plazo para amortizar alguna deuda o para hacer frente a algún gasto.
En el caso de plantearnos emplear el dinero que hemos heredado para amortizar parte de la hipoteca, además de hacer una reflexión previa personal y pensar en nuestros objetivos, debemos hacer unos números para ver si realmente esa es la mejor opción o si, por el contrario, sería más eficiente invertir ese dinero. Por norma general, si el coste de financiación es inferior a la rentabilidad que se puede lograr invirtiendo esa cuantía, lo más recomendable es no amortizar e invertir ese dinero. Pero siempre, en todos los casos, lo más adecuado es recurrir a un experto que nos ayude a evaluar los diferentes escenarios y a ver el coste de oportunidad de cada decisión, tanto en el plano económico como el plano personal.
Si nuestro evento de liquidez se ha dado porque hemos vendido la empresa que fundamos hace años o una participación importante que teníamos en un proyecto, nos pueden surgir multitud de dudas. ¿Con el dinero que he recibido es suficiente para jubilarme y vivir de las rentas? ¿Debería crear una sociedad o tener una estructura patrimonial para gestionar mi patrimonio junto al de mi familia? ¿Y si quiero volver a emprender y crear otra empresa?
En el caso de los empresarios, de los grupos familiares o de las empresas familiares, la casuística se vuelve más compleja porque entra en juego la parte personal, la familiar y la empresarial. Porque más allá de la cuantía recibida, lo importante es que tanto la familia en su conjunto como cada miembro a nivel particular puedan cumplir sus planes y lleguen a un decisión consensuada: ya sea decidir gestionar el patrimonio por separado o hacerlo de forma conjunta, pero teniendo en cuanta las circunstancias de cada persona.
En estas situaciones es muy importante entender y analizar si realmente es necesario crear ciertas estructuras patrimoniales como una SCR (sociedad de capital riesgo) o un family office o algún vehículo de inversión, porque en función de los objetivos personales, de las circunstancias familiares, del horizonte temporal, de la generación familiar en la que nos encontremos y de cómo se quiera organizar y estructura el patrimonio para dejar en herencia será más conveniente una opción u otra.
Asesoramiento a la medida, clave para gestionar y optimizar el patrimonio
Para las familias empresarias y grupos familiares es vital contar con un asesoramiento global y a la medida que entienda la parte personal, financiera y empresarial y pueda mirar más allá y ofrecer la estrategia y las soluciones adecuadas para casa caso. Cuando hablamos de personas particulares que han recibido una elevada cantidad de dinero, el asesoramiento global, especializado y a la medida es igualmente necesario para que puedan optimizar y preservar el patrimonio con una estrategia de inversión que les permita cumplir sus objetivos vitales y ganar tranquilidad.
La clave para tomar siempre buenas decisiones patrimoniales -y personales- pasa siempre por pensar en nosotros mismos, en lo que queremos conseguir con ese dinero, en lo que de verdad enriquece nuestra vida y en lo que nos preocupa.
De esta forma, en función de nuestros objetivos y planes de futuro, necesidades de liquidez, horizonte temporal, aversión al riesgo y de la estructura patrimonial y familiar, podremos saber qué rentabilidad realmente necesitamos y qué porcentaje de nuestro patrimonio podemos destinar a cada tipo de activo -cotizados, alternativos e inmobiliarios- para tener una cartera de inversión adecuada y equilibrada.