Vivir más y mejor: cómo gestionar el patrimonio y seguir invirtiendo tras la jubilación

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10/03/2025
Gestionar el patrimonio tras la jubilación

¿Somos conscientes, realmente, de cómo está cambiando la jubilación? Todos, en mayor o menor medida, sabemos que la jubilación que vamos a tener ya no es la misma que imaginábamos hace años. Y eso es algo que, seguramente, ya esté notando la generación del baby boom que ha empezado recientemente a jubilarse o los que llevan unos años jubilados: no están teniendo la misma jubilación que sus padres.

Esto es una realidad que va mucho más allá de los cambios sociales, de los avances tecnológicos, de las tendencias y de cómo está cambiando el mundo a nivel global. Vivimos más años y lo hacemos, en general, con mejor salud, una ecuación que, a priori, nos puede parecer una buena noticia, aunque requiere de un cambio de perspectiva y ser conscientes de lo que implica.

El efecto de la longevidad: la importancia de tener un propósito

Hoy, una persona que se jubile en España puede esperar vivir entre 20 y 30 años más. Esto significa que, si no retrasamos la edad de retiro, vamos a pasar un tercio de nuestra vida como jubilados. Y esto nos obliga a replantearnos cómo gestionar el patrimonio tras la jubilación y, también, cómo vamos a querer vivir esos años de más: ¿a qué le vamos a dedicar el tiempo? ¿Tenemos un propósito?

A comienzos de este año, el Congreso convalidaba la reforma que incentiva la jubilación parcial, activa y demorada, con nuevas medidas para quienes decidan jubilarse más tarde. Son fórmulas para las personas que quieren seguir en activo durante más tiempo -pero de otra forma-, y que buscan evitar el cambio brusco que supone pasar de estar empleado a estar jubilado.

Belén Alarcón, socia de Asesoramiento patrimonial de Abante, recordaba en una conferencia sobre el relevo generacional en la empresa familiar la importancia de que el fundador de la empresa prepare con tiempo su jubilación y haga una transición: “Se trata de que piense en su nuevo propósito, en que retome o busque un hobby nuevo. Tiene que crear una nueva identidad”.

Y es que, nuestra calidad de vida depende, en gran medida, de las decisiones que tomamos: de cómo nos alimentamos, del ejercicio que hacemos, de nuestro descanso… y, sobre todo, de si tenemos un propósito. En Japón, el país con mayor esperanza de vida del mundo, este concepto forma parte de su cultura: lo llaman ikigai, que puede traducirse como “razón de ser” o “razón de vivir”.

Encontrar aquello que nos motiva y nos da sentido no solo es clave para afrontar esta etapa de una forma más activa y plena, sino también para preparar financieramente nuestra jubilación y tomar las decisiones que nos ayuden a garantizar nuestra independencia económica, a mantener nuestra calidad de vida y a cumplir nuestros objetivos.

Un nuevo enfoque para gestionar el patrimonio durante la jubilación

Se suele creer que cuando nos jubilamos es el momento de rescatar el plan de pensiones y empezar a vivir con la pensión de la Seguridad Social y con ese dinero que hemos ido ahorrando e invirtiendo. ¿Es la mejor estrategia teniendo en cuenta que vamos a vivir 20 o 30 años más?

En este sentido, lo primero que hay que recordar es que, aunque el plan de pensiones sigue siendo un buen producto para invertir a largo plazo y con buenas condiciones fiscales, a día de hoy y en la mayoría de los casos, resultará insuficiente por la cantidad máxima que podemos a aportar. De hecho, desde Inverco recuerdan que “la drástica reducción del límite máximo de aportación (desde 8.000 euros anuales a 2.000 euros en 2021 y hasta 1.500 euros desde 2022) ha producido una disminución en más de 9.800 millones de euros en el volumen de aportaciones brutas en el sistema individual en ese periodo 2021 a 2024”.

Por eso, hay que mirar más allá del plan de pensiones y desterrar viejos mitos que tenemos asociados a la jubilación como puede ser el hecho de tener que ser muy conservadores con nuestra inversión o directamente pensar que ya no es momento de invertir. En este sentido, además de la longevidad, debemos tener presentes el efecto que puede tener la inflación a largo plazo sobre nuestro bolsillo y cómo podemos ir perdiendo poder adquisitivo con el paso de los años si el dinero que hemos ido invirtiendo lo dejamos “parado” desde que nos jubilamos y solo vivimos de las rentas.

Porque la clave no es solo cuánto hemos ahorrado para la jubilación, sino cómo vamos a gestionar activamente nuestro patrimonio para que sea suficiente para mantener nuestro nivel de vida, asumir posibles nuevos gastos -ya sean médicos por alguna enfermedad o dependencia o porque gastamos más en ocio al disponer de más tiempo libre- y poder cumplir nuestros objetivos.

No se trata de tener que asumir riesgo sí o sí, sino de trazar la estrategia de inversión que necesitemos en función de nuestras circunstancias personales, necesidades y preocupaciones, de cuál sea nuestra situación financiera, del coste de nuestros objetivos, del déficit que tengamos y, muy importante, de nuestro perfil de riesgo. Se trata de hacer un ejercicio de planificación financiera y de poner todas nuestras finanzas en orden para tomar las mejores decisiones.

Con la ayuda de un asesor financiero podremos ver cómo complementar nuestro ahorro en planes de pensiones y de qué forma debemos estructurar nuestra cratera de inversión de forma equilibrada y sensata, diversificando en la parte financiera con fondos de fondos, pero también explorando la parte de productos alternativos y la inversión en inmobiliario, si encaja con nuestra situación y nuestro perfil.

El asesor financiero también nos va a ayudar a pensar cómo queremos transmitir nuestro patrimonio y organizar nuestra herencia y a hacernos un plan para que sepamos, por ejemplo, cuánto podemos consumir cada año sin comprometer nuestro patrimonio o si nos podemos beneficiar de alguna exención fiscal si hemos vendido nuestra vivienda y queremos reinvertir esa ganancia patrimonial -con un máximo de 240.000 euros- en una renta vitalicia.

También puede que estemos ya jubilados y no contemos con la liquidez suficiente para afrontar ciertos gastos y queramos ver si nos interesa monetizar nuestra vivienda habitual y analizar fórmulas como la hipoteca inversa, la venta de la nuda propiedad o el alquiler inverso.

El abanico de soluciones es amplio, pero siempre dependerá de nuestras propias circunstancias y de cuál sea el proyecto biográfico que queremos desarrollar durante la jubilación. Invertir y gestionar el patrimonio tras la jubilación es clave. Anticiparse y trazar un plan es fundamental.