El Mercado Alternativo Bursátil: una oportunidad para empresas en expansión
No hay que ser un experto en los mercados financieros para poder decir abiertamente que España está atravesando una grave crisis económica de la que no sabemos a ciencia cierta cuándo seremos capaces de salir. En este contexto de contracción del crédito y de graves dificultades de acceso al mismo, nace en el año 2008 un proyecto para ayudar a las pymes en su etapa de expansión: el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
El tejido empresarial español está formado principalmente por empresas con un volumen de negocio no superior a los 50 millones de euros y con plantillas cercanas a los 50 trabajadores, muchas de las cuales se han visto forzadas en los últimos meses, ante las dificultades de acceso al crédito, a despedir a parte de su personal o incluso a echar el cierre.
Este mercado está diseñado para acoger a empresas de reducida capitalización que buscan expandirse, con una regulación a medida y unos costes y procesos adaptados a sus características, para las que el acceso a cotizar en Bolsa no sería posible precisamente por los requisitos exigidos en este mercado.
Desde la óptica de las empresas que están pensando en expandirse con financiación propia, las ventajas de salir a cotizar al MAB son innegables: se obtiene una valoración de mercado objetiva, facilita el acceso a la financiación con transparencia dando solidez y flexibilidad a la expansión al mismo tiempo que reduce los riesgos financieros, proporciona liquidez a los accionistas y se obtiene un factor de prestigio y publicidad que potencia la imagen y la marca de la empresa. Desde la óptica de las empresas para las que la obtención de financiación no es un problema, resulta también interesante este mercado ya que es un magnífico medio para proporcionar liquidez, visibilidad, valoración objetiva y prestigio ante clientes, proveedores y sus propios empleados.
La Comunidad de Madrid, siguiendo la iniciativa catalana, ha puesto su granito de arena para incentivar la actividad empresarial y estimular el ahorro y la inversión de los particulares anunciando deducciones en el IRPF para aquellos contribuyentes que inviertan en empresas que cotizan en el MAB. De momento no hay nada aprobado, por lo que habrá que esperar a la norma definitiva para ver en qué queda esta iniciativa.
La experiencia en otros países ha sido muy positiva: en el Alternative Investment Market de Inglaterra cotizan más de 1.600 empresas de sectores muy variados, mientras que en el Alternext francés cotizan más de 130 empresas. Hasta la fecha sólo dos compañías se han animado a dar el salto al MAB (Imaginarium y Zinkia), si bien se estima que a final de este año podrían estar cotizando entre 10 y 20 compañías.
No debemos olvidar que las pymes son las principales potenciadoras de la creación de empleo en nuestro país, por lo que este mercado es un primer paso para ayudarlas en su fase de expansión. Ahora queda dar el siguiente: impulsar aquellas medidas que hagan que los inversores vean en este mercado una alternativa de inversión similar a la de otros productos financieros.