El mundo que nos viene, con Josep Piqué
¿Hacia dónde se dirige el mundo? ¿Qué papel están jugando las principales potencias? ¿Quiénes están moviendo mejor sus fichas y hasta dónde pueden llegar? Estas fueron algunas de las cuestiones que tratamos con el exministro Josep Piqué, durante la conferencia que celebramos recientemente en Abante, con motivo de la presentación de su último libro “El mundo que nos viene”.
En pleno siglo XXI, parece que las reglas del juego han cambiado y que la historia se reescribe cada día. Como recordó Santiago Satrústegui, presidente de Abante, al comienzo de la conferencia y haciendo alusión al libro, “estamos en la era de la posverdad” y, por ello, hay que analizar ese cambio en el que nos hallamos inmersos y hacer una radiografía del contexto geopolítico, económico y social en el que nos encontramos, captando no solo una parte de la fotografía, sino la imagen completa.
Un mundo posoccidental con valores occidentales
Piqué nos habló de cómo se ha transformado el mundo desde que escribió en 2013 “Cambio de era. Un mundo en movimiento: de Norte a Sur y de Oeste a Este”-con Donald Trump al frente de Estados Unidos o con Reino Unido abandonando la Unión Europea-, y de ese cambio que se palpa, que es constante y, también inevitable, nace “El mundo que nos viene”.
El exministro de Asuntos Exteriores puso el foco en el eje vertebral del libro, que parte del hecho de que nos encontramos en un mundo posoccidental, en el que su hegemonía de los dos siglos y medio anteriores se ha venido abajo: “Hay un declive relativo de Occidente porque hay otros actores que son cada vez más relevantes”.
Con todo, Piqué explicó que la fuerza de los valores occidentales -la democracia representativa, tal y como la entendemos en Occidente, la economía de libre mercado y las sociedades abiertas basadas en la libertad y la igualdad- va a seguir siendo muy relevante.
El escenario global
“El momento que vivimos se define como un cambio de era por la globalización y la digitalización. Estamos en la cuarta revolución industrial, que, por primera vez, no ha sido monopolizada por Occidente, sino que está al alcance de todos”, explicó el exministro.
En su análisis de los principales cambios que están marcando la geopolítica y las relaciones internacionales en el siglo XXI, Piqué hizo referencia a la obra “En defensa de la ilustración” de Steven Pinker para recordar que el mundo, en su conjunto, nunca había estado mejor: “Otra cosa es que la percepción desde Occidente sea de pérdida relativa de bienestar, pero es muy egoísta pensar que era mucho mejor lo que existía anteriormente cuando solo unos cuantos -los occidentales- podíamos disfrutar de condiciones de vida adecuadas”, puntualizó.
Además, habló del progreso y de cómo se ha incrementado la esperanza de vida, al tiempo que las condiciones sanitarias han mejorado en todo el mundo: “Los centenares de millones de personas que, en el continente asiático, incluso en el africano o en el latinoamericano, han pasado a condiciones de vida mejores es absolutamente espectacular”.
Las principales potencias: ¿qué están haciendo?
“Es impensable analizar la geopolítica sin la geografía. Otro factor importante es que la historia siempre vuelve”, comentó Piqué. Y así, para comprender cómo va a ser el mundo al que nos vamos a enfrentar, hizo un análisis de los últimos movimientos, principalmente en materia de política exterior, que están desarrollando las grandes potencias mundiales. Un tablero mundial que tiene en su punto de ebullición la política que está desarrollando el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el cambio que está generando en las relaciones con el resto del mundo.
En este sentido, Piqué comentó que hay que tener en cuenta que Trump lo que está haciendo es responder a una una serie de demandas sociales de una parte sustantiva de la sociedad norteamericana, y reconoció preocupación en torno a las acciones que está llevando a cabo, que, como hemos podido ver, no son solo retórica ni campaña electoral: “Lo que se transmite tanto en los actos como en el discurso de la administración norteamericana es el abandono del multilateralismo”. Y así, recordó que tenemos una larga lista de ejemplos que lo ponen de manifiesto, como su salida de la Unesco y del acuerdo de París contra el cambio climático, la ruptura del acuerdo nuclear con Irán o su postura de política comercial.
El estilo de Trump para comentar la actualidad, a golpe de tuit, es de sobra conocido por todos. “Cuando Trump dice que el Brexit es una idea estupenda y que le gustaría que hubiera más, está debilitando el concepto de Europa como proyecto político”, señaló Piqué, que, además, explicó que aquí lo que más le preocupa es la ruptura de la solidaridad entre los dos principales polos de Occidente, que son Europa y Estados Unidos.
Al hablar de ese cambio en las relaciones internacionales, Piqué puso el foco en los últimos años del siglo XX, cuando, con la caída del Muro de Berlín y la victoria de Occidente, se inició una transformación que, como destacó, no deja de ser paradójica, ya que, a partir de ese momento se inició el proceso de ‘desoccidentalización’, que está siendo “más rápido y más intenso de lo que jamás nos podíamos imaginar”. Y, una de sus consecuencias, es que ahora hay otros actores que le están disputando a Estados Unidos ser la gran potencia mundial de este siglo, como China, que quiere volver a estar en el centro del tablero.
Sobre el gigante asiático, Piqué explicó que sus pretensiones pasan por volver a ser potencia económica, militar y cultural: “Durante milenios, China ha sido el país mas importante del mundo. Incluso hasta mediados del siglo XIX, la economía china era la primera economía del mundo. Por eso, cuando dice que quiere volver a ser la gran potencia del planeta, lo que expresa es que quiere volver a su ser”. Así, Piqué comentó que lo que está sucediendo es que China ahora ha comprendido que si quiere ser una potencia global -en disputa con Estados Unidos – tiene que desarrollarse como potencia naval y dominar las rutas marítimas, estando tan presente como Estados Unidos o como lo estuvo en su día Reino Unido o España.
En cuanto a Rusia, el expolítico habló de las grandes ambiciones que persigue: “Quiere ampliar su perímetro de seguridad. Su pretensión de ser una potencia mundial está construida sobre bases muy débiles, no tiene economía para ello. No puede ser una potencia global, pero quiere parecerlo y ser influyente”.
De vuelta a Europa, y con la vista puesta en ese Brexit que se está llevando a cabo, el exministro destacó que el proyecto europeo fue avanzando en base a Francia y a Alemania, que siempre han sido sus grandes impulsores, mientras que a Reino Unido “nunca le ha interesado una Europa fuerte”.
Por último, Piqué miró hacia lo que está pasando en nuestro país, con un escenario político inédito y nuevos actores en escena: “Estamos en un momento de recomposición político y no sabemos cómo va a terminar. Hay una crisis de la democracia representativa, que no es exclusiva de España”.