Fondos de private equity: invertir en food tech
¿Invertirías en innovación alimenticia? El mercado de la industria alimentaria a nivel mundial se estima que alcanza los 8 billones de dólares (trillion, en inglés), según el World Bank. Sin embargo, este crecimiento tiene unos costes que van más allá de lo puramente económico: el impacto medioambiental y en la salud. La producción actual de alimentos genera emisiones de gases, degrada el suelo, contamina el agua, reduce la biodiversidad y utiliza fertilizantes tóxicos, entre otros. Es más, según indican en la publicación, el valor del impacto negativo puede ser de, al menos, 6 billones de dólares.
Esta realidad plantea varios retos para el futuro, entre ellos cuánto tiempo aguantará la producción con la proyección económica y demográfica actual. En este sentido, el sector food tech, encargado de aplicar tecnologías que resuelvan este tipo de problemas y que aporten innovación a la industria alimentaria, trata de añadir un valor significativo en la cadena de suministro.
La agricultura tecnológica (de precisión, acuicultura, granjas verticales, etc.), la mejora de ingredientes, el desarrollo de proteínas alternativas y la tecnología de la restauración (cocina virtual, envíos, kits de comida, etc.) son algunas de las innovaciones que se están llevando a cabo en el sector.
Invertir en food tech: empresas, consumidores y fondos
Cada vez hay más empresas dispuestas a incorporar tecnología puntera para automatizar sus procesos y hacerlos más sostenibles, mientras que, por el otro lado, el consumidor también está cada vez más concienciado. Según un estudio de Eatable Adventures, el 73% cambiarían sus hábitos de consumo para reducir el impacto medioambiental y un 53% prefieren marcas que sean transparentes con la procedencia de los productos y el impacto real que generan.
En 2024, la inversión en food tech en España alcanzó los 179 millones de euros. Estas empresas están consiguiendo financiación y logrando no solo que los fondos de private equity inviertan en ellas, sino que el usuario final pueda ser partícipe de esta tendencia invirtiendo a través de fondos que invierten en estas empresas.
En este contexto, los fondos de private equity especializados en food tech, como el fondo McWin Food Tech Fund I FCR, fruto de la alianza entre McWin y Abante, representan una oportunidad para invertir en compañías con potencial de crecimiento y generar un cambio en la industria alimentaria. “Este fondo de private equity es un fondo growth, centrado en compañías que generan beneficio, pero que están en fase de crecimiento exponencial y permite a los inversores acceder al ecosistema de la alimentación a escala global”, explica Alejandra Pérez, del equipo de Productos alternativos de Abante, que añade que el fondo tiene un tamaño objetivo de 250 millones.
Según señalan desde McWin Capital Partners, las compañías que forman parte del ecosistema, a junio de 2024, eran cuatro (Cook Unity, Clever Carnivore, Every y Catcher) y a finales del mismo año cerraron la quinta. A través de estas empresas, el fondo tiene exposición a diferentes especialidades dentro de la industria: desde las proteínas alternativas a la agricultura vertical, pasando por la tecnología de consumo, los servicios de entrega, la optimización de la cadena de suministro, la tecnología agrícola y el embalaje sostenible.
Complemento para diversificar carteras
La inversión en activos alternativos aporta oportunidades de innovación, proporciona acceso a inversiones directas en empresas y proyectos vinculados a tendencias que darán forma al futuro, así como a activos reales que el inversor puede ‘tocar’ o ‘consumir’. También genera rentabilidades atractivas y permite diversificar las carteras con activos complementarios que ayudan a reducir la volatilidad y fomentan un enfoque a largo plazo.
Joaquín Casasús, director general en Abante, subraya que los mercados privados “ofrecen multitud de tipos de inversión”. A través de este tipo de estrategias, el inversor puede comprometerse más con su futuro, aprovechando las oportunidades que ofrece la innovación en sectores en plena transformación.
En este sentido, Casasús señala que el inversor debe tener claro, antes de elegir este tipo de fondos de capital privado, los beneficios y los riesgos: “Renuncias a la liquidez durante un largo periodo de tiempo y al no poder vender directamente, porque no hay precio, hay una disminución de errores del comportamiento humano”.
“Los fondos de private equity son imprescindibles en cualquier cartera que tenga un horizonte temporal que te permita aguantar la iliquidez y que tenga un patrimonio suficiente como para poder complementarlo con esa parte ilíquida”, concluye el director general.
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