Invertir cuanto antes: ¿por qué beneficia a mi ahorro?
Con la inversión (y el ahorro) nos pasa lo mismo que con el gimnasio o cualquier otro buen propósito de nuestra lista: nos cuesta ponernos a ello. Porque nos cuesta pensar a largo plazo, sobre todo, cuanto más jóvenes somos. Pero ¿cuál es la diferencia entre invertir hoy 10.000 euros o hacerlo dentro de 10 años si necesito ese dinero dentro de 30 años? Casi 16.000 euros de diferencia, en una inversión con un objetivo de rentabilidad del 5%.
Es un ejemplo, pero entender el por qué y pensar ahora en nuestro ahorro para el largo plazo es fundamental para que consigamos lo que queremos, que puede ser ahorrar para una vivienda, conseguir el capital que necesitamos para poner en marcha un negocio o tener el ahorro para mantener el nivel de vida que deseamos durante la jubilación. La diferencia entre empezar ahorrar a los 20, 30, 40, 50 o 60, es conseguir nuestros objetivos con mayor o menor esfuerzo. La clave está en el horizonte temporal y en el interés compuesto.
El interés compuesto, el aliado para nuestro ahorro
El interés compuesto consiste en que los intereses que se alcanzan con las inversiones se suman al capital inicial. De esta manera sin necesidad de aumentar el esfuerzo de ahorro, la cartera crece, siendo cada año el capital que invertimos mayor porque los intereses que se generan se suman al capital inicial para producir más intereses.
Si, por ejemplo, invertimos 20.000 euros, con un objetivo de rentabilidad del 5%, dentro de 20 años tendremos casi 40.000 euros si invertimos con capitalización simple y cerca de 50.500 euros si lo hacemos mediante capitalización compuesta. Con el interés simple nuestro capital inicial se eleva en un 100% y con la capitalización compuesta, casi un 153%.
¿El motivo? En el primer caso, el 5% de rentabilidad se ha aplicado cada año sobre los 20.000 euros iniciales, mientras que, en el segundo caso, al no retirar los intereses que obtenemos y reinvertirlos, ese 5% de rentabilidad se ha ido aplicando sobre el capital inicial más los intereses que se han ido sumando. Por ejemplo, el segundo año el 5% se ha aplicado sobre 21.000 euros y no sobre 20.000.
“El tiempo es nuestro mayor aliado en la planificación financiera de la jubilación. Cuanto antes empecemos a ahorrar, menor será el esfuerzo anual de ahorro que tendremos que hacer”, explica Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento patrimonial en Abante.
Cada vez vivimos más años, los vivimos mejor y tendremos, por lo tanto, jubilaciones más largas. Somos uno de los países con mayor esperanza de vida en el mundo, un dato que se ha duplicado en nuestro país en el último siglo. Por eso, y aunque no sepamos cuánto vamos a vivir o cuándo nos jubilaremos, anticiparse resulta esencial.
Comenzar a ahorrar cuanto antes y realizar aportaciones periódicas resulta importante para multiplicar el efecto del interés compuesto y que el capital final que obtengamos por nuestros ahorros sea mucho mayor y tengamos éxito con nuestros objetivos vitales y profesionales.