Invertir en biometano: por qué ser sostenible sí es rentable
¿Los objetivos de sostenibilidad, los productos verdes y las energías renovables están reñidos con la rentabilidad? Existen algunas apuestas que están demostrando que pueden ir de la mano. Y una de ellas es la inversión en biometano.
Últimamente estamos asistiendo a un cambio paradigmático, ya que el dinero está comenzando a ser invertido en alternativas cada vez más respetuosas y comprometidas con el cuidado del medioambiente. Este cambio ha llegado desde que la sociedad y en el ámbito que nos ocupa, la comunidad inversora, ha comenzado a ser consciente tanto de la finitud de las fuentes no renovables, como del daño y el impacto que supone su explotación en los ecosistemas.
¿De dónde venimos en cuestiones de sostenibilidad?
Tras el compromiso establecido en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas por el cual se determinaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ha quedado patente cuáles son las prioridades sociales y medioambientales por las que la comunidad mundial se une.
La Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo creada por la ONU define el objetivo del desarrollo sostenible como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las futuras garantizando un equilibrio entre el crecimiento y la protección del medio ambiente”.
En relación con el uso de combustibles, la Comisión Europea ha elaborado el Plan REPowerEU, planteado específicamente para reducir lo antes posible la dependencia del combustible fósil ruso y avanzar en materia de transición ecológica. Esta es la respuesta ante la doble urgencia de transformar el sistema energético europeo, poniendo fin a la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos usados como arma económica, así como hacer frente a la crisis climática.
¿Qué alternativas se están trabajando hoy en día? Tras años de investigación y búsqueda activa de soluciones, en la actualidad son seis las principales líneas abiertas: energía solar, eólica, hidráulica, geotérmica, biomasa y energías provenientes del mar. En España, las energías renovables que más desarrolladas están industrialmente son: la eólica, la solar y el hidrógeno verde.
Biometano, la apuesta por el gas renovable
Uno de los nichos de mercado que nuestro país tiene todavía por explotar es el biometano. Se trata de un tipo de biogás y supone una opción interesante como fuente de energía limpia, en gran parte por su alto potencial y su papel clave en la transición energética, así como en el proceso de descarbonización.
Pero, ¿Qué es el biometano? Se trata de un gas combustible que proviene de residuos orgánicos de diferente índole, pueden ser urbanos, agrarios o ganaderos.
Este biogás, tras haber pasado por un proceso químico especial llamado upgrading, se purifica dejando como resultado una composición de metano en casi un 100%, asemejándose al gas fósil natural, pero con la bondad de ser renovable. Una vez esto se ha conseguido, puede ser utilizado para, por ejemplo, la propulsión de vehículos, así como para la generación de electricidad o de calor.
Dicho esto: ¿por qué puede España ser un potencial productor de biometano? Por su gran actividad agraria y ganadera. Es conocido el impacto medioambiental que generan las emisiones de metano del ganado, especialmente el vacuno, un problema que se puede solucionar -en parte- utilizando ese biogás para producir biometano mediante los correspondientes procesos.
José Javier Patón, socio de Negocio institucional en Abante, explica que la producción de biometano “también es una fuente de generación de riqueza y empleo, ya que la venta del metano residual para la producción de biometano genera de forma directa de 2 a 3 empleos y de manera indirecta, hasta 8”.
Los ayuntamientos pueden también beneficiarse de la producción de biometano. “Hasta la fecha, se han contabilizado alrededor de 150.000 denuncias en Europa por vertidos ilegales, algo que los ayuntamientos podrían solventar también produciendo biometano”, señala Patón.
La generación residual en España es muy alta, posicionándose como el tercer país europeo que más cantidad produce, según se refleja en un análisis realizado por PwC y Biovic. Dado el interés de la industria petrolífera por la obtención de materias primas de origen renovable, otra opción legal y sin impacto medioambiental que se pretende fomentar para el tratamiento residual es mediante la producción de este tipo de biogás.
¿Cómo invertir en biometano?
En España, ya existe el primer fondo de inversión en biometano: MAPFRE Energías Renovables II, un proyecto innovador en Europa que la aseguradora lanzó en junio del año pasado junto a Abante e IAM Carbonzero, empresa especializada en el sector de la energía, concretamente en biogás.
Este fondo de inversión alternativo aspira a captar 100 millones de euros, en una primera fase, con el objetivo de construir hasta 25 plantas en nuestro país en un periodo de cinco años. Cabe mencionar, que el número de plantas existentes en territorio nacional no supera la decena en la actualidad, aunque se están construyendo más de 60, pero hasta la fecha, nos supera en número cualquier país europeo. Se calcula la posible generación de un total de 70 puestos de trabajo fijos, y alrededor de 240 indirectos.
Este proyecto persigue varios objetivos como la descarbonización del planeta, la crisis energética, y sobre todo poner fin poco a poco a la alta importación de gas natural del exterior. En España, el 99% del gas proviene del exterior, una cantidad que nos hace completamente dependientes. Además, a nivel nacional, este proyecto tiene un valor añadido, dado el compromiso a través de la inversión con nuestro medio rural, especialmente la agricultura y la ganadería.
La sostenibilidad es un compromiso global y, lejos de verlo como un desafío, cada vez son más los inversores que lo ven como una oportunidad y como algo necesario. Así que, ¿por qué no aportar al progreso científico y social de nuestro planeta?