Los mercados frenan la racha positiva en un comienzo de agosto muy volátil
El arranque de agosto está siendo muy volátil y la reacción de los mercados, en tan solo tres sesiones, ha sido bastante brusca. ¿Qué está pasando? ¿Por qué ha cambiado de sentimiento el mercado?
Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante comenta que “no existe una explicación única, se mezclan factores técnicos, fundamentales y, sobre todo, de sentimiento, frenando la buena racha que estaban experimentando los mercados desde finales del pasado mes de octubre de 2023”.
De manera aislada, es muy probable que ninguna de las razones detrás de los movimientos de las últimas sesiones tenga la entidad suficiente como para llevarse por delante al mercado, pero coinciden en el tiempo y se han producido en un momento en el que los niveles de complacencia eran altos y los volúmenes y la liquidez del mercado son bastante menores que en otras.
Tal y como explica Campello en el vídeo:
Subida de tipos por sorpresa, y en sentido contrario al de otros bancos centrales, por parte del Banco de Japón. La autoridad monetaria nipona decidió el pasado miércoles subir la tasa oficial del 0,1% al 0,25% y reducir su programa de compra de bonos, lo que provocó una fuerte apreciación del yen (más de un 12% desde sus mínimos contra el dólar) que desencadenó el cierre masivo de posiciones en el carry trade favorito de muchos operadores del mercado (endeudarse en yenes a tipos bajísimos para transformarlos en dólares e invertirlos en el mercado de acciones estadounidense).
Publicación de resultados empresariales decepcionantes o por debajo de las expectativas de los analistas, lo que tampoco tiene que resultar muy sorprendente en un entorno en el que algunas compañías estaban “priced for perfection”.
Malos datos macroeconómicos en Estados Unidos, que han provocado un cambio brusco de narrativa. Del escenario de “goldilocks” o aterrizaje suave (o, incluso, no aterrizaje) hemos pasado, de golpe, a hablar de un escenario de desacelaración o incluso de miedo a la recesión.
Por otro lado, la fuerte caída de las tires de los bonos de gobierno, explicada por el viraje en las expectativas de nuevas bajadas de tipos y como reacción al fuerte movimiento de risk-off. El bono estadounidense a 10 años llegó a tocar en la sesión del 5 de agosto niveles del 3,70% (a cierre de semestre estaba en el 4,40%) y el Bund Alemán ha pasado del 2,50% al 2,12%. El mercado está ahora anticipando fuertes bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal: ha pasado de tres a cinco recortes en la última parte del año y ha incrementado por encima del 50% la probabilidad de que la bajada de septiembre sea de 50 puntos básicos.
A esto se suma que, a nivel político y geopolítico sigue habiendo mucho ruido. El conflicto entre Israel e Irán está escalando y se espera en cualquier instante una respuesta violenta por parte de Irán tras las bajas del jefe supremo de Hamás y del líder militar de Hezbolá, ambas atribuidas al ejército israelí. Más allá de la preocupación, por el momento no parece estar teniendo demasiado impacto a juzgar por el precio del petróleo, que está cayendo. Por otro lado, en Estados Unidos, tras la renuncia de Joe Biden, Kamala Harris vuelve a ilusionar a los votantes demócratas, marcando récord de recaudación para su campaña y dando la vuelta a las encuestas en 4 de los 6 swing states.
Como explica Campello, a pesar de los titulares, que nos recuerdan a otros meses de agosto vividos, de momento, es pronto para sacar conclusiones y para hacer grandes movimientos. Y destaca: “En este entorno algo más volátil, nuestros fondos están mostrando capacidad de protección porque habíamos preparado las carteras para un posible entorno menos complaciente”.