Los tipos de interés en la planificación financiera
Mayor esfuerzo de ahorro
Tras la crisis económica, el sistema financiero ha cambiado mucho. Uno de los factores más afectados ha sido el tipo de interés de referencia de los principales bancos centrales. Los elevados tipos previos, el elevado endeudamiento de hogares y empresas y la baja actividad económica son los motivos por los que las autoridades monetarias decidieron rebajar los tipos hasta niveles históricamente mínimos. La profundidad de la crisis financiera invita a pensar que los tipos se mantendrán bajos durante varios años.
Otra consecuencia de la coyuntura económica de estos años es el cambio de paradigma en la renta fija. Durante la segunda mitad del siglo XX la deuda pública ofreció rentabilidades cercanas a las de la renta variable en términos agregados, ofreciendo una rentabilidad media del 8% entre 1979 y 2009. Al igual que los tipos de interés, la rentabilidad de la deuda soberana ha sufrido un importante recorte y no hay expectativas de cambio en el corto-medio plazo con los efectos consecuentes.
La importante rebaja vista en estos dos conceptos tiene como consecuencia principal un mayor esfuerzo por parte de los ahorradores para alcanzar sus objetivos ya que el interés compuesto carece de la fuerza que tenía anteriormente.
Para comprender mejor los efectos del descenso de los tipos de interés y de la rentabilidad de la renta fija proponemos un sencillo caso:
¿Qué ahorro mensual debo generar para alcanzar los 250.000 euros a los 65 años si empiezo a ahorrar a los 35, 45 ó 55 años?
En el cuadro anterior podemos observar el efecto de los tipos de interés en la capitalización de nuestro ahorro es considerable. Así, un ahorrador de 35 años que sufre un alza en los tipos de interés del 2,5% hasta el 5%, pasaría de necesitar un ahorro mensual de 451 euros a uno de 293 euros, una reducción del 35%.
Por otro lado, es fácil concluir que cuanto antes se empiece ahorrar menor será el esfuerzo que debemos hacer. La ventaja de empezar a ahorrar a los 35 años frente a hacerlo a los 55 años será mayor cuanto mayores sean los tipos de interés. En todo caso, siempre compensará empezar a ahorrar los más pronto posible.
Podemos concluir que los tipos de interés y la amplitud del periodo de ahorro son dos variables clave para reducir el esfuerzo necesario para alcanzar nuestros objetivos futuros.