¿Me interesa invertir en un plan de pensiones?
El plan de pensiones está diseñado específicamente para el objetivo de la jubilación. Esto hace que sea un producto ilíquido, ya que solo se puede rescatar si se cumplen alguna de las contingencias de jubilación, fallecimiento, dependencia o incapacidad y, también, por los supuestos excepcionales de liquidez como enfermedad grave, paro de largo duración y a partir del 1 de enero de 2025, cuando las aportaciones tengan una antigüedad mínima de 10 años.
La iliquidez de los planes de pensiones se plantea muchas veces como un inconveniente, pero lo cierto es que es un producto que nos ayuda a pensar y comprometernos con nuestro yo futuro porque sabemos de antemano que estamos invirtiendo para el largo plazo y para un objetivo concreto.
Además, otro aspecto que debemos tener en cuenta es que podemos cambiar de plan de pensiones sin tener que pagar impuestos, lo que nos beneficia enormemente a la hora de invertir según nuestro momento vital y nuestras circunstancias y objetivos. Es decir, podemos ir modulando nuestra inversión sin tener que tributar por ello.
Así, por ejemplo, si empezamos a invertir para la jubilación con 35 años podemos empezar con un plan de pensiones 100% renta variable e ir, poco a poco, bajando nuestro nivel de riesgo y reducir nuestra exposición a bolsa a medida que se vaya acercando el momento de jubilarnos.
¿Son rentables los planes de pensiones?
Aunque tendemos a creer que no son rentables, la realidad es que sí hay planes de pensiones rentables y consistentes en el largo plazo. Como explica Enrique Borrajeros, socio y director de Desarrollo de negocio de Abante, lo que nos pasa es que “nos fijamos en la bonificación o en el regalo y nos olvidamos de que lo importante para la jubilación es pensar en nuestros objetivos, en qué queremos, cuál es nuestro horizonte temporal y cómo vamos a complementar la pensión de la Seguridad Social”. Y eso se traduce en que la mayoría del ahorro para la jubilación no se encuentra en los planes más rentables en ninguna de las categorías y esto, en periodos de diez años, nos cuesta entre 2 y 3 puntos de rentabilidad. Por ello es tan importante buscar la mejor gestión y apostar por un equipo profesional que invierta de una forma activa y global y diversificada que nos dé la rentabilidad que necesitamos para cumplir nuestros objetivos.
Por último, respecto a la fiscalidad -y teniendo en cuenta el cambio en las aportaciones anuales a los planes de pensiones individuales-, las dudas sobre la rentabilidad de estos productos son frecuentes. ¿Qué ventajas aporta un plan de pensiones? Son productos que cuentan con ventajas fiscales. Cada año de la aportación que realicemos a nuestro plan individual Hacienda nos devolverá un porcentaje, en función de nuestro tipo marginal. Si tenemos un tipo marginal del 47% y aportamos 1.500 euros a nuestro plan de pensiones, Hacienda nos va a devolver 705 euros. Aquí, un aspecto que debemos considerar es que cada año lo que nos devuelve Hacienda lo podemos rentabilizar invirtiéndolo en otro producto financiero, como, en un fondo de inversión.
Invertir lo que nos vamos deduciendo cada año es una manera de aprovechar el diferimiento fiscal de forma que cuando nos retiremos tengamos un capital final mayor.
¿Qué pasa cuándo rescatamos el plan de pensiones? Tributamos en la base general como rendimientos del trabajo -a un tipo entre el 19% y el 47%, según la escala estatal- y lo podemos rescatar en forma de renta, de capital o de forma mixta. Para valorar qué opción es la que más nos conviene y se adapta mejor a nuestras circunstancias y objetivos, es conveniente hacer un ejercicio de planificación financiera para valorar distintos escenarios, tanto por el lado fiscal como financiero.
*Este artículo se ha actualizado a 21 de octubre de 2024.