Rentabilidad y planificación de las inversiones
Cuando pensamos en invertir, lo primero en lo que solemos fijarnos es en qué rentabilidad nos van a dar las diferentes opciones. Sin embargo, poner el foco solo en esta variable puede llevarnos a cometer errores en las inversiones o provocarnos insatisfacción. Vamos a ver cuál es el papel de la rentabilidad en nuestras inversiones y qué factores debemos tener en cuenta cuando la evaluemos.
Para determinar si el retorno que conseguimos por nuestro dinero es el óptimo, lo primero que debemos hacer es tener un plan financiero, es decir, tener claro nuestros objetivos (para qué queremos ese dinero y en qué plazo), conocer nuestra situación de partida (qué tenemos), tener una perspectiva de futuro (cuánto podremos generar y ahorrar en el plazo previsto).
Con el análisis previo podremos conocer cuánto necesitamos pedir a los mercados, qué rentabilidad deberemos buscar. Además, dado que la rentabilidad no se obtiene de una forma lineal, sino que las inversiones están sometidas a la volatilidad de los mercados, es importante tener claro nuestro horizonte temporal para, por ejemplo, evitar vender en un momento de caídas si no necesitamos ese capital hasta más adelante.
Como decíamos, la mayor fuente de insatisfacción de los inversores es la falta de referencias para comparar sus inversiones. En este proceso sucede que, en muchas ocasiones tomamos referencias equivocadas y nos comparamos con el índice o con algún otro inversor, sin darnos cuenta de que esto nos lleva a asumir riesgos que no son los adecuados para nuestro perfil y necesidades.
Rentabilidad real
Por otra parte, para valorar si el rendimiento que nos ofrece una inversión es adecuado, deberemos tener también en cuenta el efecto de la inflación. No es lo mismo obtener un 2% de rentabilidad si el IPC se sitúa en el 0% (situación actual) que si este se encuentra en el 1,5% o en el 3%.
En el primer caso, con un 2% estaremos consiguiendo incrementar nuestro poder adquisitivo, en el segundo la rentabilidad real será baja, de medio punto porcentual, y en el tercero nuestro dinero estará perdiendo valor. Este efecto se incrementa a medida que se alarga el plazo. Por ejemplo, si 100.000 euros los invertimos, en un escenario con una inflación del 2% en un producto que nos ofrezca un 1% de rentabilidad, dentro de 20 años ese dinero valdrá 78.000 euros.
El escenario actual, complejo y volátil, con unos tipos en mínimos y una renta fija que no ofrece apenas retorno o que, directamente, ofrece rentabilidades negativas, deja al inversor conservador sin apenas opcionesde inversión. En este contexto, es necesario examinar con cuidado las opciones que nos ofrecen los mercados financieros y tener claro el papel del riego y de la rentabilidad en las inversiones.
Por eso, es buena idea delegar la gestión a profesionales, que sean capaces de identificar las oportunidades de inversión, controlar los riesgos y gestionar las emociones de los mercados para construir una cartera que nos ayude a lograr la rentabilidad que necesitamos.
Si quiere asesoramiento sobre sus inversiones, no dude en contactar con nosotros.