Un año de guerra: ¿qué ha pasado en el mercado?
Se cumple un año de la guerra en Ucrania. 365 días en los que ha habido giros en la evolución de los mercados financieros, cambios en las políticas monetarias, sanciones a Rusia tras el inicio de la guerra, dudas sobre cuánto durará y un número de víctimas y desplazados que sigue aumentando.
El pasado 24 de febrero de 2022, Rusia puso en marcha una ofensiva a gran escala sobre Ucrania, una “operación militar especial”, según Vladimir Putin, presidente de Rusia. Un ataque que buscaba anexionarse varios territorios del Donbás, situados al este de Ucrania, por su alta población prorrusa. Acción que se repetía tras la invasión rusa en 2014 de la península de Crimea.
Los días posteriores al ataque, los países pertenecientes al G7 se reunieron en multitud de ocasiones, creando un paquete de sanciones contra Rusia, unas medidas que perjudicaron el desempeño económico del país.
¿Cuáles fueron las sanciones económicas?
Entre las principales medidas que destaca el Banco de España, se incluye la congelación de activos y el acceso a las reservas en divisas internacionales de los bancos centrales de Rusia y la prohibición de operar con ellos, además de la desconexión de los bancos más importantes del sistema de mensajería financiera SWIFT.
Las medidas también limitan considerablemente las entradas de flujos financieros de Rusia en la Unión Europea, la venta de valores denominados en euros a clientes rusos, así como tratar de evitar que se puedan utilizar criptoactivos para eludir las sanciones impuestas.
Además, se restringía el acceso a tecnología, comercio e inversión en sectores clave, como la energía y los transportes, inmovilización de bienes y restricciones de viajes.
¿Cómo afectó al mercado ruso?
La bolsa de Moscú, tras el estallido de la ofensiva, se mantuvo cerrada prácticamente un mes, hasta finales de marzo del 2022. El Banco Central de Rusia (BCR) subió los tipos de interés hasta el 20% -desde el 9,5%-, tratando de frenar la caída del 30% del rublo frente al dólar y al euro.
En este sentido, según el conflicto avanzó, la bolsa de Moscú abrió con un incremento del 4,4% (una subida que Estados Unidos calificó de artificial) y en el segundo día registró una caída del 3,6%. Debido a las sanciones que Occidente le había impuesto a Rusia, la vuelta al mundo cotizado fue gradual para tratar de no quebrar el sistema financiero del país. En total, en el año 2022, el índice IMOEX de la bolsa de Moscú perdió un 43,12%.
El rublo llegó, el 7 de marzo del 2022, a cotizar a 143 por dólar. Aun así, las acciones llevadas a cabo por el BCR lo llevaron, en apenas tres meses, a los 50 rublos por dólar. Unas oscilaciones tan bruscas que no se veían desde el año 2015. Un año más tarde del inicio del conflicto lo vemos en niveles de 75.
En cuanto a los tipos de interés, hemos visto cómo, tras la subida al 20% de finales de febrero del 2022 –el dato más alto de los últimos 13 años-, estos han ido bajando paulatinamente, situándose tras la última reunión en septiembre del 2022 en el 7,50%.
Los índices mundiales normalizan la situación tras un año
Hemos vivido doce meses en los que -por la guerra y por la situación pospandemia, los altos datos de inflación y el miedo a una fuerte recesión- el mercado ha tenido como protagonista a la incertidumbre. Así, 2022 cerró con grandes caídas en los principales índices: el Euro Stoxx 50 perdió un 11,74%, el Ibex 35, un 12,35% y el S&P 500, un 19,14%.
En cambio, en lo que llevamos de 2023, el panorama es bastante diferente: el Euro Stoxx ha obtenido una rentabilidad en lo que va de año del 11,84%, el Ibex 35, del, 11,47% y el S&P 500, del de 3,95%.
Y, si hacemos zoom, lo que vemos es que en la renta variable se ha producido un cambio a nivel sectorial, “los sectores que peor lo hacían el año pasado, este año están destacando y viceversa”, explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, que añade que “tecnología, sectores de crecimiento y consumo discrecional, que tanto sufrieron el año pasado por la subida de tipos de interés, lideran las subidas del año con rentabilidades de doble dígito, en el entorno al 15%-20%”.
Sin embargo, Campello señala que se quedan atrás los sectores más defensivos: “Salud, consumo básico o infraestructuras, que cerraron enero con rentabilidad negativa. También se quedan rezagados los sectores value o cíclicos “.
¿Qué ha pasado para que el 2023 haya arrancado con un tono tan positivo?
¿Han normalizado la guerra los mercados ? ¿Ya no hay incertidumbre? El gran giro producido en apenas unos meses se debe a dónde ha ido poniendo el foco el mercado. Hace 365 días nos encontrábamos ante un mercado muy nervioso por el devenir de la guerra y el impacto económico y humanitario que tendría en Europa y el mundo. La inflación hacía meses que venía subiendo, pero la invasión hizo que esta se intensificase y que los bancos centrales empezasen a plantear subidas de tipos.
Lo que hemos visto después es que la inflación, desde mediados de año, empezaba a descender mientras los bancos centrales iban endureciendo sus mensajes y el mercado, que hay que recordar que se mueve por expectativas, se adelantaba e iba poniendo en precio unas subidas de tipos que se antojaban más fuertes y rápidas de lo que se esperaba. Y, en este camino de ir descontando lo que iba pasando, el miedo del mercado pasó de la inflación a una fuerte recesión.
Finalmente, con el inicio del 2023 y ciertos datos macro que se han conocido, el miedo a la recesión se ha ido desinflando . El mercado, aunque ahora espera más subidas de tipos, tiene la vista puesta en que estos no van a llegar tan arriba como se esperaba y en que es probable que, incluso, veamos bajadas a finales de año.
El conflicto sigue, un año más tarde, activo y, por ahora, sin perspectivas de finalización. El mercado lo ha normalizado y parece que, si continua como hasta ahora y no se produce ninguna escalada fuerte del mismo, no veremos un impacto negativo en los mercados.