Aversión a máximos, ¿por qué cuesta tanto disfrutar de las ganancias?
Javier Navarro, gestor de fondos en Abante, escribe una tribuna en Cinco Días sobre la situación actual en los mercados. “Junio ha estado lleno de eventos significativos que merecen nuestra atención como, por ejemplo, las elecciones europeas y el adelanto electoral en Francia”, destaca.
En el ámbito de la política monetaria, el gestor de fondos explica: “Tal y como se había adelantado en los últimos meses, el BCE ha bajado los tipos de interés en 25 puntos básicos. Por su parte, la Fed no realizó cambios en los tipos en su última reunión, una decisión que no causó sorpresa”.
“Podemos decir que la economía se encuentra en una situación relativamente saludable. Nos encontramos mucho mejor de lo que el mercado esperaba hace apenas un año. Las Bolsas siguen acumulando máximos históricos, especialmente en Estados Unidos”.
Pero, entonces: ¿por qué nos cuesta tanto disfrutar de las ganancias? ¿Qué nos impide permanecer invertidos o hacer una inversión en máximos? “Esta inclinación no es simplemente una cuestión de preferencias, sino un sesgo cognitivo profundo que influye en nuestras decisiones diarias y en el comportamiento económico. Además, tendemos a creer que el hecho de que un índice esté en máximos implica que hay un mayor número de posibilidades de que nos encontremos ante la próxima caída bursátil. El ruido del corto plazo nos hace sentir que los mercados son más impredecibles y volátiles de lo que en realidad son”, responde.
El este sentido, Navarro concluye: la mejor inversión que podemos hacer es luchar contra estos miedos e intentar aislarnos del ruido del corto plazo permaneciendo invertidos”.
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